lunes, 20 de agosto de 2012

Los Yōkai


Los Yōkai más bien llamados,"apariciones", "espíritus", "demonios", o "monstruos" que pertenecen a la cultura japonesa. Los Yōkai son generalmente más poderosos que los seres humanos, y debido a esto, tienden a actuar con arrogancia sobre los mortales. Ellos son generalmente invulnerables al ataque humano, pero pueden ser derrotados por expertos exterminadores de yōkais o por monjes budistas.

Algunos yōkai evitan a los seres humanos,  por lo que generalmente habitan áreas aisladas lejos de viviendas humanas. Otros yōkai, sin embargo, deciden vivir cerca de asentamientos humanos conviviendo en buena armonía. Algunas historias cuentan que los yōkai crían con los humanos para tener han'yō, o “Humanos mitad demonios”.


Rokurokubi:
El Rokurokubi es el fantasma de una mujer que durante el día parece ser un ser humano normal y corriente, pero por la noche adquiere la habilidad de estirar su cuello a grandes longitudes como una serpiente, se dice que se le otorgo esta habilidad después de llevar una vida siendo una cotilla y metiendo la cabeza en las casas ajenas para espiar.
También puede cambiar su rostro al de un
oni (ogro japonés), para asustar más a los mortales.

Muchos rokurokubi están tan acostumbrados a llevar una vida normal que hacen lo imposible para guardar su condición sobrenatural en secreto. Pero tienen la necesidad de asustar y espiar a los seres humanos, y les es difícil de resistir.

Se dice que uno puede ser un rokurokubi sin conocer su propia naturaleza, creyendo ser seres humanos realmente, y solo se transforman en las noches mientras duermen de manera inconsciente, recordando que en sus sueños veían la habitación u otros lugares en un ángulo extraño.
A menudo, los rokurokubi son verdaderamente siniestros, ya que se comen a la gente o beben su sangre en lugar de limitarse a asustarlas.


Yuki-Onna:
Es representada como una mujer alta, hermosa, de largos cabellos, que se manifiesta en una noche nevada. Su piel es pálida llegando a ser casi transparente. Su color hace que se la confunda en paisajes nevados. A veces usa un kimono blanco, pero otras leyendas dicen que aparece desnuda recostada en la nieve. A pesar de su belleza inhumana, sus ojos pueden causar terror en los mortales.

Yuki-onna flota a través de la nieve, sin dejar huella (de hecho, algunos cuentos dicen que no tiene pies, una característica notable para muchos fantasmas japoneses), y se puede transformar en una nube de niebla o nieve si se siente amenazada.
A Yuki-Onna se le dice que es malvada por varias razones distintas:

-En algunos casos se dice  que Yuki-Onna busca a hombres en medio de las heladas del invierno, para robarles su energía vital.
- En otros hablan de que es un ser sanguinario, que se dedica a congelar a todas las personas que se pierden en las montañas.
- Y se dice en algunas leyendas que interrumpe en las casas por las noches tirando abajo la puerta con una fuerte ventisca y congela a todo el que se encuentra dentro.
Aunque no todo lo que cuentan es malo, este Yokai también tiene un lado bueno, si se dá el caso de que Yuki-Onna se enamora de un excursionista extraviado, esta le ayuda a salir de la tormenta y se queda a vivir con el, aunque sin revelarle nunca su verdadera identidad.


Hone-Onna:
Las leyendas hablan de una mujer de indescriptible belleza e irresistible encanto para los hombres, su nombre era Tsuyu y era geisha, era feliz junto con su esposo hasta que un día el marido la vendió a un prostíbulo para saldar sus deudas.

Tsuyu decidió conjuntamente con Kion, una compañera del burdel, escaparse del mismo. El día de la fuga Kion la traicionó y pidió a su amante que la matara, ambos arrojaron el cuerpo de Tsuyu a un río.

Dentro del río el cadáver de Tsuyu absorbió todas las almas que se encontraban en este y se convirtió en el yokai Hone-Onna (Mujer Esqueleto), capaz de proyectar una especie de ilusión a su alrededor que utiliza para asustar con especial crueldad.
Despúes de ese suceso, Tsuyu al comienzo de la noche se transforma en una mujer de gran belleza y trata de engañar a los hombres con los que se encuentra para llevarlos a su casa, una vez en su casa se vuelve a transformar en Hone-Onna y absorbe el alma del hombre que la acompaña.


Futa-kuchi-onna:
Al igual que el Rokuro-kubi, el Hone-onna y la Yuki-onna, la Futakuchi-onna es un yokai que nace de un humano por una serie de circunstancias, normalmente suele ser por algún tipo de maldición o de suceso muy violento o incluso por una enfermedad como en este caso.

Usualmente esta maldición se atribuye a mujeres que no alimentan a sus hijastros dejándolos morir, mientras sí proporcionaban un buen cuidado a sus hijos naturales. El espíritu del niño abandonado, se instala en el cuerpo de la madrastra para tomar venganza y así la mujer es transformada en el yōkai Futa-kuchi-onna.

Otras veces se atribuye la maldición a mujeres que no quieren comer y que por culpa de esto sufren algún tipo de enfermedad, entonces es cuando aparece una segunda boca en la parte posterior de la cabeza justo debajo del pelo, y para evitar la muerte de la “anfitriona” la segunda boca comerá el doble de lo que coma la mujer.
La segunda boca que posee la futakuchi-onna tiene consciencia propia hasta el punto que puede llegar a sugestionar a la mujer para que cometa cualquier tipo de acción, si esta intenta resistirse la segunda boca emitirá un grito increíblemente doloroso y que no cesara hasta que la mujer se rinda. En algunas historias cuentan que el dominio de la segunda boca es tan poderoso que llega a controlar el pelo de la mujer como si de dos serpientes se trataran, lo cual le sirve para poder alimentarse como más facilidad.
La historia típica de este yokai es la siguiente:
Cuentan las leyendas que hace mucho tiempo en un pueblo vivía un artesano muy trabajador pero muy tacaño, tan tacaño que no quería casarse con ninguna mujer para no tener que mantenerla. Un día llego al pueblo una mujer con la piel blanca como la nieve y que apenas comía un grano de arroz al día, el artesano al enterarse de eso la cortejo y se casó con ella. Estaba encantado con lo poco que comía la mujer, pero extrañamente sus reservas de arroz se habían reducido considerablemente desde su casamiento así que un día decidió espiarla. Con asombro vio cómo su pelo se transformaba en dos serpientes y que entremedias se podía ver una boca la cual se alimentaba del arroz.
El final suele ser bastante trágico, la Futakuchi-Onna para evitar ser descubierta decide “acabar” con su marido.

 
Kuchisake-onna:
La leyenda dice que hace mucho tiempo hubo una bella pero vanidosa mujer que se casó con un samurai. La mujer, al ser vanidosa, engañaba a su esposo. El samurai sabía que estaba siendo engañado, así que, celoso y furioso, llegó al lugar donde estaba su esposa y le cortó la boca de un lado a otro mientras gritaba: "¡¿Piensas que eres hermosa?!". Cuando terminó, exclamó: "Pues, ¿quién va a pensar que eres hermosa ahora?" Haciendo que la mujer se transforme en un espíritu vengativo y regrese asesinando para que sufran lo mismo que ella.

Aquí es cuando la leyenda toma su inicio. Se dice que hay una mujer con una mascarilla, que camina por las noches, especialmente las noches oscuras y tenebrosas. Si se encuentra con algún joven, le pregunta: "¿Soy hermosa?" ("¿Watashi kirei?").

Si el joven le responde que sí, ella se quitará la máscara y le preguntará: "¿Y ahora?" ("¿Kore demo?"). Lo más probable es que la víctima grite o diga que no. Entonces la mujer le cortará la boca de un lado a otro con unas tijeras.

Sí la víctima responde de nuevo que sí, la mujer lo seguirá hasta la puerta de su casa y ahí mismo lo asesinará, ya que "kirei" en japonés (hermosa o linda) es muy parecido a decir "kire" (cortar).Hay otra versión en la que si dices que si a las dos preguntas te dará un valioso rubí con sangre y se marchará.

En otras versiones de la leyenda, los efectos de responder sí cambian, aunque la mayoría coincide en que es imposible escapar de ella tanto con esa respuesta como la anterior. Sin embargo, hay métodos para evitar el fatal desenlace.

Según las fuentes, llevar dulces y ofrecérselos puede apaciguarla; en otra versión se dice que si el aludido le contesta con la misma pregunta ("¿Soy hermos@?"), la Kuchisake-onna quedará confundida y ello le dará tiempo para escapar; y por último, si cuando ella pregunta se le dice que uno tiene prisa y debe atender un asunto muy importante, la mujer se disculpará y le dejará marchar debido a los modales japoneses, marchándose ella también.


 
Karakasa o Kasa Obake:
Es unos de los seres mitológicos japoneses más populares.

Es un ser vengativo, y se venga de todos aquellos que tratan mal los objetos o a quien lo ha abandonado cuando aun era un paraguas sin vida. Pertenece a los Tsukumogami, objetos que una vez pasados 100 años cobran vida.

Se le suele represantar como un paraguas sin abrir, con un solo ojo grande, una lengua larga que sobresale de su boca abierta y una pierna humana de apoyo.
Si un día te encuentras con un paraguas en el suelo, fíjate antes en si tiene un pie, porque como se da el caso, una vez lo abras, el paraguas se cerrará para engullirte y no volverás a salir de él… al menos no entero.





Bakezōri :
Es una sandalia que se ha transformado en un Tsukumogami, un yokai, que fue una vez un artículo de la casa ordinaria.

Suelen originarse en una casa donde calzado es tratada inadecuadamente, por lo que esta vieja sandalia cobra vida por la noche y sale del almacén donde se ha desechado.

A medida que se mueve a través de la casa, se puede escuchar cantando "kararin, kororin, kankororin! Ojos tres, tres ojos y dos dientes!" efectivamente, hacer este tipo de sonidos, y tiene tres ojos (los agujeros perforados por sus correas) y dos dientes (las plataformas de madera en su base).




 
Gaki:
Son fantasmas hambrientos, con el vientre gordo pero vacío, tienen la maldición de vivir con hambre por sus malas acciones pasadas.

Van buscando desechos pero no logran ingerirlos. Poseen un delgado cuello y boca fruncida y son seres realmente repugnantes.
Normalmente es la codicia, la que los arrastra a ser bestias condenadas.

Deben luego volver al infierno, donde son castigados por demonios.
Las familias que no ofrecen una ofrenda a un difunto, pueden llegar a convertirse en Yakis.


Hitotsume Kozo:
Son niños-yōkai de un solo ojo. Aparecen como niños de unos diez años de edad, generalmente calvos y vestidos como si fueran monjes budistas. Sin embargo, su característica más llamativa y distintiva es su solo ojo gigantesco en el centro de la cara.
Son criaturas relativamente benignas que suelen contentarse con correr asustando a los humanos o bien diciéndole a la gente ruidosa que estén en silencio (disfrutan el silencio). A pesar de esto, mucha gente considera que un encuentro con un duende de un solo ojo como un mal presagio.

Por esta razón, los supersticiosos a veces dejan cestas de bambú frente a sus casas, pues se supone que eso los ahuyenta, ya que los pequeños monstruos cíclope ven en muchos agujeros en la cesta y através de ellos muchos ojos, por lo que huyen celosos de vergüenza de tener un solo ojo.