El japonés Issei Sagawa mantuvo en secreto durante mucho tiempo una fantasía que, según sus propias palabras, tuvo su origen luego de una pesadilla. Deseaba comerse a una mujer, pero no a una cualquiera. En sus sueños diurnos se imaginaba devorando el cuerpo robusto de una mujer blanca. Pasaron años durante los cuales el deseo de Sagawa fue incubándose, creciendo y transformándose en una bomba de tiempo. Hasta que por fin, viviendo fuera de su país, se permitió liberarlo.
Estudiando literatura en
El 11 de junio de 1981, después de compartir juntos varias salidas, Renée aceptó ir a cenar al departamento de Issei. Luego de comer, se sentaron a tomar té a la manera oriental, en el suelo, sobre una mesa baja. Sagawa le pidió que leyera un poema en alemán. Minutos antes ella lo había rechazado, aclarándole que sólo podían ser amigos. Renée, todavía nerviosa por la insospechada declaración de amor de Sagawa, comenzó a leer fijando la vista en el libro. Ni siquiera llegó a la mitad, Sagawa le había disparado desde atrás con un rifle calibre 22.


Examinado por tres psiquiatras, Sagawa fue declarado insano y trasladado a un asilo, el Paul Guiraud, donde más tarde relató su experiencia: "Estar allí fue un infierno, estaban todos locos", dijo. El proceso de extradición a Japón fue largo y complejo, pero gracias a la ayuda de su padre (un empresario importante) fue trasladado al hospital Matsuzawa de Tokio.
El mundo entero acusaba el impacto del caso, y hasta The Rolling Stones compusieron un tema inspirado en el crimen, "Too much blood". Sagawa permaneció 15 meses en el hospital, hasta que los médicos decretaron que no era peligroso y ya estaba curado. De esta manera, la persona que había asesinado y se había comido a una joven de 22 años recuperaba la libertad en 1985. Habían pasado sólo cinco años del crimen.
Superstar
La fama de Sagawa ya había comenzado a crecer cuando estaba encerrado. El prestigioso dramaturgo Kara había iniciado con él una relación epistolar que luego publicó en un libro. Las cartas de Sagawa fueron un éxito de ventas en Japón. Ese suceso editorial dio la certeza de que el público japonés estaba muy interesado en el autoproclamado "padrino del canibalismo". Por la misma época, Sagawa también escribió sus memorias -tituladas En la niebla-, donde dedica más de cuarenta páginas a relatar los aspectos culinarios que se sucedieron al asesinato de Renée Hartevelt.
La fama de Sagawa ya había comenzado a crecer cuando estaba encerrado. El prestigioso dramaturgo Kara había iniciado con él una relación epistolar que luego publicó en un libro. Las cartas de Sagawa fueron un éxito de ventas en Japón. Ese suceso editorial dio la certeza de que el público japonés estaba muy interesado en el autoproclamado "padrino del canibalismo". Por la misma época, Sagawa también escribió sus memorias -tituladas En la niebla-, donde dedica más de cuarenta páginas a relatar los aspectos culinarios que se sucedieron al asesinato de Renée Hartevelt.

Existía una extraña y morbosa complicidad entre el caníbal y la gente, muy criticada fuera de Japón. Se tenía la sensación de que el asesinato se había transformado en una anécdota divertida, casi una broma de mal gusto que al público le gustaba escuchar. De hecho, Sagawa jamás se refirió a su crimen mostrándose conmovido ni arrepentido. Muchas personas suelen percibir en su gélida manera de hablar el sesudo análisis de quien intenta develar los significados ocultos en una obra de arte.
La utilización de Sagawa por parte de los medios japoneses continúa hasta el día de hoy. Se le ha ofrecido desde ser actor en una película erótica (The Bedroom, 1992) hasta escribir reseñas de restaurantes para una conocida revista de su país. Actualmente Sagawa se dedica, además de sus visitas a los estudios de televisión, a pintar y exponer sus obras. En la mayoría de ellas se observan mujeres blancas desnudas, de cuerpos voluptuosos. Dicen que busca la perfección, esmerándose en cada pincelada, y que al terminar cada cuadro, lo contempla en silencio durante horas.