martes, 11 de septiembre de 2012

The Rake, “El Rastrillo”

Durante el verano del 2003, una serie de eventos en el noreste de los Estados Unidos involucraron a una extraña criatura humanoide, la cual despertó el interés de los medios locales, antes de que un aparente 'apagón informativo' fuera provocado. Muy poca información quedó intacta, pues la mayoría de los registros escritos de la criatura fueron misteriosamente destruidos.

En el año 2006, la colaboración acumuló cerca de dos docenas de documentos con fechas entre el siglo 12 y el día actual, a lo largo de cuatro continentes. Aquí aparecen las pocas notas que quedaron referidas a lo que le sucedió a ciertas personas al ver a esta criatura:

 Nota de Suicidio: 1964.
"Mientras me preparo para tomar mi vida, tengo la necesidad de aclarar el por qué de este dolor o culpa que siento en este momento. No es culpa de nadie más que de él. La primera vez, desperté y sentí su presencia. La segunda, desperté y lo ví. La tercera, desperté y escuché su voz, y ví sus ojos. No puedo dormir por terror de lo que pueda pasar la próxima vez que lo encuentre. No quiero volver a despertar jamás. Adiós."

Hallado en la misma caja de madera había dos sobres vacíos dirigidos a "William" y "Rose", y una carta personal sin sobre: "Querida Linnie, recé por tí. Dijo tu nombre."

La entrada de un diario:
"Experimenté un gran terror. He experimentado el terror más grande de mi vida. Veo sus ojos cada vez que cierro los míos, son huecos y negros, me vieron y me perforaron.
Sus manos son húmedas, como si estuvieran mojadas.
No puedo dormir, su voz dijo (texto indescifrable).

El Diario de un Marinero:
"Vino a mí en un sueño. Desde los pies de mi cama sentí una sensación. Se llevó todo. Debemos volver a Inglaterra. No debemos volver aquí por órdenes del Rastrillo."

Nota testificada por un testigo:
"Hace tres años, acababa de regresar de un viaje a las Cataratas del Niágara con mi familia por el 4 de julio. Estábamos exhaustos después de llevarnos conduciendo todo el día, así que mi esposo y yo pusimos a los niños en la cama y nos fuimos a dormir.

A las 4 am, me desperté pensando que mi esposo había ido al baño. Aproveché para jalar las sábanas, despertándolo en el proceso. Me disculpé y le dije que pensé que se había levantado de la cama. Cuando me vió, suspiró y retiró sus pies de la orilla de la cama tan rápido que su rodilla casi me tiró. Me agarró y no dijo nada.

Luego de ajustar mi vista a la oscuridad por medio segundo, fui capaz de distinguir qué causó la reacción. Al pie de la cama, sentado y viéndonos de lejos, había lo que pensé que era un hombre desnudo, o un gran perro sin pelo de algún tipo. Su posición era perturbadora y no natural, como si hubiese sido golpeado por un coche o algo así. Por alguna razón, no me dió miedo, pero me preocupó su condición. En este momento, sentí que debíamos ayudarlo.

En un movimiento veloz, la criatura rodó al lado de la cama, y se arrastró rápido en una posición similar a la de un cojo a lo largo de la cama hasta que estuvo a poco menos de 30 cm. del rostro de mi esposo. La criatura estuvo silenciosa por 30 segundos, mirando solo a mi esposo. La criatura entonces puso una mano en su rodilla y corrió al pasillo, en dirección a los cuartos de los niños.

Grité y corrí para encender la luz, intentando detenerlo antes de que hiriera a mis hijos. Cuando llegué al pasillo, la luz del cuarto era suficiente como para verlo agachado y jorobado a unos 6 metros a la distancia. Volteó lentamente y me miró, cubierto de sangre. Encendí la luz y ví a mi hija, Clara.

La criatura corrió por las escaleras mientras mi esposo y yo corríamos para ayudar a nuestra hija. Estaba muy lastimada y habló solo una vez más en su corta vida. Dijo "Él es el Rastrillo".
 
Mi esposo tuvo un accidente de coche esa noche, mientras intentaba llevar a nuestra hija al hospital.
No sobrevivieron.

Como vivíamos en una ciudad pequeña, las noticias llegaron rápido. La policía ayudó un poco al principio, y el diario local tomó mucho interés en ello. Como sea, la historia jamás fue publicada, y la nota en las noticias locales nunca tuvo seguimiento.

Muchas personas mencionaron que el Rastrillo les habló, mi hija incluida en esos testigos. Esto nos llevó a preguntarnos si el Rastrillo nos había visitado anteriormente, antes del último encuentro.

Puse una grabadora digital cerca a mi cama y la dejé corriendo por toda la noche, cada noche, por dos semanas. Oía con interés los sonidos cada día que me despertaba. Para el final de la segunda semana, estaba acostumbrada al sonido usual del sueño mientras oía el audio a 8 veces la velocidad normal.

El primer día, oí algo diferente. Oí una voz aguda, estridente. Era el Rastrillo. No pude escucharlo lo suficiente como para transcribirlo. No había dejado que nadie lo oyera. Todo lo que sé, es que lo oí antes, y ahora sé que habló cuando estaba sentado frente a mi esposo. No recuerdo haberlo oído en ese momento, pero por alguna razón, la voz en la grabadora inmediatamente me lleva de vuelta a ese momento.

No he visto al Rastrillo desde que arruinó mi vida, pero sé que ha estado en mi habitación mientras dormía. Sé y temo que un día despertaré para verlo de pie, viéndome fijamente."